Siguemee

sábado, 28 de enero de 2012

Leer, capitulo 33; vigilada

Una mujer vestida con pantalones negros y una ajustada camiseta negra, se adelantó hacia nosotras. Ella tenía una cinta medidora enrollada en su cuello y comenzó a mover su mano para tomarla. -“¿Les gustaría que tome sus medidas gratuitamente…?” - -“Aparta esa maldita cinta”- Ordenó Vee. -“Ya sé mi talla. No necesito que me lo recuerden.”- Sonreí a la mujer a manera de disculpas mientras seguía a Vee, quién se dirigía hasta la sección de rebajas que estaba en la parte de atrás. -“Copa D no es algo por lo que deberías estar avergonzada”- Le dije a Vee mientras tomaba un sostén de satín azul y buscaba la etiqueta de precio. -“¿Quién dijo que estoy avergonzada?”- Dijo Vee. -“No estoy avergonzada. ¿Por qué estaría avergonzada? Las únicas chicas de dieciséis años con senos así de grandes como los míos es porque están cubiertos de silicona y todo el mundo lo sabe. ¿Qué razón tendría para estar avergonzada?”- Ella rebuscó en un perchero. -“¿Crees que aquí tengan algún sostén que hagan que mis bebés se vean planos?”- -“Eso se llama sostenes deportivos y tienen un horrible efecto secundario llamado uniteta”- Dije observando un sostén negro de encaje que estaba junto a otros. No debería estar mirando lencería. Naturalmente me hace pensar en cosas sexy. Como besarse. Como Patch. Cerré mis ojos y repetí nuestra noche juntos. La sensación de la mano de Patch en mi cadera, sus labios saboreando mi cuello… Vee me sorprendió fuera de guardia lanzándome un par de bragas con estampado de tigre color turquesa. -“Esto luciría bien en ti”- Dijo. -“Todo lo que necesitas es un trasero como el mío para rellenarlas.”- ¿En qué estaba pensando? Había estado muy cerca de besar a Patch. El mismo Patch que posiblemente ha estado invadiendo mi mente. El mismo Patch que me salvó de precipitarme hacia mi muerte en el Arcángel porque estaba segura de que eso era lo que había pasado, aunque no tenía ninguna explicación lógica. Me pregunto si él de alguna forma detuvo el tiempo y me atrapó durante la caída. Si él era capaz de hablarme a través de la mente, tal vez, solo tal vez, él era capaz de otras cosas. O quizá, pensé con un escalofrío, ya no podía confiar en mi mente. Todavía tenía el pedazo de papel que Patch había metido en mi bolsillo, pero de ninguna manera iba a ir a la fiesta esta noche. Secretamente disfrutaba la atracción entre nosotros, pero el misterio y el miedo lo sobrepasaban. De ahora en adelante iba a sacar a Patch de mi sistema y esta vez lo decía en serio. Iba a ser como una dieta purificadora. El problema era que la única dieta que había hecho, había actuado en mi contra. Una vez intenté pasar un mes entero sin comer chocolate. Ni si quiera un mordisco. Al final de las dos semanas, no pude más y comí más chocolates de los que hubiera comido en tres meses. Esperaba que mi dieta libre de chocolates no presagiara lo que podría pasar si intentaba evitar a Patch. -“¿Qué estas haciendo?”- Pregunté, esta vez atendiendo a Vee.
-“¿Qué parece que estoy haciendo? Estoy despegando de este sostén este sello de rebaja para pegarlo en uno que no esté en rebaja. De esa manera puedo tener sostenes sexy al precio de uno barato.”- -“No puedes hacer eso. Cuando vayas a pagar, ella va a escanear las barras de código y sabrá lo que estas haciendo.”- -“¿Barras de código? Ellos no escanean las barras de código.”- Ella no sonaba muy segura. -“Lo hacen. Lo juro. Atraviesa mi corazón”- Supuse que mentir era mejor que observar a Vee ser llevada a la cárcel. -“Bueno, parecía una buena idea…”- -“Tienes que comprarte esto”- Le dije a Vee, arrojándole un pedazo de seda y esperando que eso la distrajera. Ella sostuvo en alto la braga. Pequeños cangrejos rojos adornaban la tela. -“Esto es lo más asqueroso que haya visto. Por otro lado, me gusta ese sostén negro que tienes. Creo que deberías comprarlo. Ve y paga, yo seguiré viendo.”- Pagué. Luego, pensando que sería más fácil olvidar a Patch si buscaba algo más benigno, comencé a buscar en la sección de lociones. Estaba oliendo una botella de Dream Angels cuando sentí cerca una presencia familiar. Era como si alguien hubiera arrojado una bola de helado en la parte de atrás de mi blusa. Era la misma sacudida de escalofríos que experimentaba cada vez que Patch llegaba. Vee y yo seguíamos siendo las únicas en la tienda, pero al otro lado de la ventana de cristal, vi una figura encapuchada ocultarse bajo la sombra de un toldo al otro lado de la carretera. Nuevamente agitada, me quedé inmóvil un minuto entero antes de que recobrara la compostura y fuera a buscar a Vee. -“Es hora de irnos”- Le dije. Ella estaba rebuscando en un perchero de batas de dormir. -“Vaya. Mira esto, pijamas de franela con un cincuenta por ciento de descuento. Necesito un par de pijamas de franela.”- Mantuve un ojo pegado a la ventana. -“Creo que me han estado siguiendo.”- Vee levantó la cabeza. -“¿Patch?”- -“No. Mira a través de la calle.”- Vee miró. -“No veo a nadie.”- Tampoco yo. Un auto había pasado, interrumpiendo mi línea de visión. -“Creo que entraron a la tienda.”- -“¿Cómo sabes que te están siguiendo?” - -“Un mal presentimiento.”- -“Se parecían a alguien que conozcamos? Por ejemplo… si era un cruce entre Pippi Longstocking y la Malvada Bruja del Oeste obviamente era Marcie Miller.”- -“No era Marcie”- Dije, todavía mirando a la calle. -“Cuando anoche me fui de los videojuegos para comprar algodón de azúcar, vi que alguien me vigilaba. Creo que es la misma persona que esta aquí.”- -“¿Estas hablando en serio? ¿Por qué me dices eso ahora? ¿Quién es?”-

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