Siguemee

jueves, 19 de enero de 2012

Leer, Capítulo 23; Panecillos

Terminé mi panecillo con el sonido monótono del parloteo de Dorothea, respondiendo con algunos “ah-ja” cada vez que ella se detenía lo suficiente para esperar por mi respuesta. Yo estaba preocupada debatiéndome si en realidad quería encontrarme esta noche con Elliot. Al principio, salir con él me había parecido una gran idea, pero mientras más lo pensaba, más duda tenía. Conocía a Elliot desde hace solo unos días y además no estaba segura de cómo mi mamá se sentiría acerca de esto. Se me estaba haciendo tarde y el viaje hacia Delphic duraba al menos media hora y para añadir, en los fines de semana, Delphic tenía reputación de ser peligroso. El teléfono sonó y el número de Vee apareció en el registro de llamadas. - “¿Vamos a hacer algo esta noche?” Ella quería saber. Abrí la boca, pensando cuidadosamente mi respuesta. No habría marcha atrás una vez le dijera a Vee sobre la invitación de Elliot. Vee chilló. - “¡Ay! ¡Ay dios ay dios! Acabo de derramar esmalte de uñas en el sofá. Espera, voy a buscar papel toalla. ¿El esmalte de uñas sale con agua?” Momentos después, regresó. “Creo que arruiné el sofá. Tenemos que salir esta noche. No quiero estar aquí cuando mi último trabajo de arte accidental sea descubierto.” Dorothea se había ido al pasillo, al tocador, y no tenía deseos de pasar toda la noche escuchándola gruñir acerca de las instalaciones del baño mientras limpiaba, así que hice mi decisión. - “¿Qué tal si vamos a Delphic Seaport? Elliot y Jules van a ir y quieren que nos encontremos allá.” - “¡Ocultaste pistas! Esto es información vital, Nora. Te recogeré en quince minutos.” Y me dejó escuchando el tono muerto del teléfono. Subí las escaleras y me puse un cómodo suéter blanco de cachemira, jeans oscuros y mocasines azul marino. Con mis dedos, acomodé mi pelo para que enmarcara mi rostro de la manera que aprendí a manejar mis rizos naturales y… voilá! Rizos más o menos decentes. Me alejé del espejo para verme completa y pensé que me veía como un cruce entre descuidada y casi sexy. Exactamente quince minutos después, Vee estaba con su Neón al frente de la casa y sonó su bocina al estilo staccato. A mí me toma diez minutos llegar a su
casa, pero usualmente yo presto atención al límite de velocidad. Vee entendía la palabra velocidad, pero límite no era parte de su vocabulario. - “Voy a ir a Delphic Seaport con Vee,” le grité a Dorothea. “Si mi mamá llama, se lo dejas saber.” Dorothea salió del tocador balanceándose. - “¿Vas a ir a Delphic tan tarde?” - “¡Diviértete en tu conferencia!” Dije, escapando por la puerta antes de que ella pudiera protestar o llamar a mi mamá por el teléfono. El cabello rubio de Vee estaba recogido en una cola de caballo alta, dejando caer sus grandes rizos. Aros dorados colgaban de sus orejas. Llevaba puesto labial rojo cereza y rímel negro. - “¿Cómo lo haces?” Pregunté. “Tuviste cinco minutos para estar lista.” - “Siempre estoy preparada.” Vee sonrió de oreja a oreja. “Soy el sueño de un Boy Scout.” Vee me observó con ojo crítico. - “¿Qué?” Dije. - “Esta noche nos vamos a reunir con chicos.” - “La última vez que verifiqué, sí.” - “A los chicos les gusta las chicas que lucen como… chicas.” Yo alcé mis cejas. - “¿Y cómo luzco yo?” - “Como si hubieras salido de la ducha y decidieras que eso solo era suficiente para parecer presentable. No me tomes a mal. La ropa está bien, el pelo está bien, pero el resto… Toma.” Ella buscó en su bolso. “Siendo la amiga que soy, te presto mi labial y mi rímel, pero solo si juras que tus ojos no tienen una enfermedad contagiosa.” - “¡No tengo ninguna enfermedad contagiosa!” - “Solo cumplo con preguntar.”
- “No lo quiero.” Vee se quedó boquiabierta, mitad jugando y mitad en serio. - “¡Te sentirás desnuda si no lo usas!” - “Suena como la manera en que tú quieres lucir,” dije. Con toda honestidad, tenía sentimientos encontrados con esto de ir sin maquillaje. No porque sí me sentía un poco desnuda, si no porque Patch había puesto en mi mente la sugerencia de no usar maquillaje. En un esfuerzo para hacerme sentir mejor, me dije que mi dignidad no estaba en juego y tampoco mi orgullo. Me dieron una sugerencia y yo estaba dispuesta a llevarla a cabo. Lo que no quería reconocer es que específicamente había escogido una noche en donde sabía que no vería a Patch para que él la aprobara.

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