Siguemee

viernes, 20 de enero de 2012

Leer, Capítulo 25; Sus pensamientos. Parte 1

Cuando llegué a la consola de Patch, la golpeé por el lado para llamar su atención. Con la voz más calmada que pude lograr, dije, - “¿Pac-Man? ¿O es Donkey Kong?” La verdad, parecía un poco más violento y militar. Una lenta sonrisa se expandió en su rostro. - “Béisbol. ¿Crees que puedas pararte tras de mí y darme un par de instrucciones?” Bombas explotaron en la pantalla y cuerpos gritando navegaron en el aire. Obviamente él no estaba jugando béisbol. - “¿Cuál es su nombre?” Patch preguntó, señalando con la cabeza casi imperceptiblemente hacia la mesa de fútbol. - “Elliot. Mira, debo hacer esto rápido. Me están esperando.” - “¿Lo he visto antes?” - “Él es nuevo. Se acaba de transferir.” - “Primera semana en la escuela y ya hizo amigos. Que suerte tiene.” Él me deslizó una mirada. - “Podría tener un lado tenebroso y peligroso del cual no conocemos.” - “Parece ser mi especialidad.” Esperé a que él captara lo que yo quería decir, pero él solo dijo, - “¿Quieres jugar?” Él inclinó su cabeza hacia más allá de los videojuegos. Hacia la multitud en dónde solo podía ver mesas de billar. - “¡Nora!” Gritó Vee. “Ven aquí. ¡Elliot me está ganando!” - “No puedo.” Le dije a Patch. - “Si yo gano,” él dijo, como si no tuviera ninguna intención de ser rechazado, “le dirás a Elliot que pasó algo. Le dirás que ya no estarás libre esta noche.”
No podía evitarlo; él era demasiado arrogante. Dije, - “¿Y si yo gano?” Sus ojos me observaron de la cabeza a los pies. Su sonrisa vino fácil. - “No creo que debamos preocuparnos por eso.” Antes de que pudiera detenerme, golpeé su brazo. - “Cuidado,” él dijo en voz baja. “Ellos podrían creer que estamos flirteando.” Me dieron ganas de patearme porque eso era exactamente lo que estábamos haciendo. Pero no era mi culpa, era de Patch. Estando cerca de él, experimentaba una confusa polaridad de deseos. Parte de mi quería correr, alejarme de él gritando, ¡fuego! y una parte más imprudente estaba tentada de ver qué tan cerca podía llegar sin… quemarme. - “Una mesa de billar,” él tentó. - “Estoy aquí con otra persona.” - “Ve hacia los billares, yo me encargo de lo demás.” Yo me crucé de brazos, esperando lucir severa y un poco exasperada, pero al mismo tiempo, tuve que morderme el labio para no mostrar una reacción levemente más positiva. -“¿Qué vas a hacer? ¿Pelear con Elliot?” - “Si tengo que hacerlo.” Estaba casi segura de que él estaba bromeando. Casi. - “Se acaba de vaciar una mesa. Ve y ocúpala.” Yo… te… reto. Me puse rígida. - “¿Cómo haces eso?”
Cuando él no lo negó inmediatamente, sentí un poco de pánico. Era real. Él sabía exactamente lo que estaba haciendo. Las palmas de mis manos comenzaron a sudar. - “¿Cómo haces eso?” Repetí.
Él me sonrió maliciosamente. - “¿Hacer qué?” - “No hagas eso,” le advertí. “No finjas que no lo estas haciendo.” Él reclinó un hombro contra la consola y bajó la vista hacia mí. - “Dime qué es lo que se supone que estoy haciendo.” - “Mis… pensamientos.” - “¿Qué pasa con ellos?” - “Ya basta, Patch.”

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