Siguemee

sábado, 14 de enero de 2012

Leer, capitulo 20; Beisbol parte 2

Nora.
Patch llevaba puesta una desgastada gorra de béisbol y tenía sus dedos enganchados en la verja de metal, recostándose contra ella. No llevaba abrigo a pesar del clima. Simplemente iba de negro de la cabeza a los pies. Sus ojos eran opacos e inaccesibles mientras me observaba, pero sospeché que había mucho más oculto tras ellos. Otra sucesión de palabras se introdujeron en mi mente.
¿Lecciones de bateo? Que rico… contacto.
Respiré profundamente y me dije que estaba imaginando las palabras. Porque la otra alternativa consideraba que Patch tenía el poder de transmitir pensamientos en mi mente. Lo cual no podía ser. Simplemente no podía. A menos que estuviera loca. Eso me asustó más que la idea de él violando los métodos de comunicación normal, por voluntad propia, y hablándome sin ni siquiera abrir su boca. - “¡Grey! ¡Concéntrate en el juego!” Yo pestañeé, volviendo a la vida justo a tiempo para ver la bola rodando hacia mí en el aire. Comencé a mover el bate, pero entonces escuché otro hilo de palabras.
Todavía… no.
Me detuve esperando que la bola viniera a mí y mientras descendía, me adelanté al frente del plató y bateé con toda la fuerza que tenía. Se escuchó un enorme crujido y el bate vibró en mis manos. La bola condujo hacia Marcie, quién cayó de espaldas al suelo y apretujada entre segunda base y campo cortó, la pelota rebotó en la grama del parque. - “¡Corre!” Gritó mi equipo desde la caseta. “¡Corre, Nora!” Corrí. - “¡Tira el bate!” Gritaron. Lo lancé a un lado. - “¡Quédate en primera base!” No lo hice. Tropezando con una de las esquinas de la primera base, le di la vuelta, corriendo hacia la segunda. Ahora el campo izquierdo tenía la pelota, en posición para sacarme. Yo agaché la cabeza, estiré los brazos y traté de recordar cómo los profesionales en la ESPN se deslizaban hacia la base. ¿Primero los pies? ¿La Cabeza? ¿Detenerse, tirarse y dar vueltas?
La pelota navegó hacia donde estaba el de la segunda base, dejando una estela blanca en algún lado de mi visión. Un emocionado coro con la palabra “¡Deslízate!” vino desde la caseta, pero yo todavía no me había decidido qué iba a golpear primero el suelo: mis zapatos o mi cara. El de la segunda base agarró la pelota fuera del aire. Yo me lancé de cabeza, con los brazos estirados. El guante vino de la nada descendiendo en picada sobre mí. Aterrizó en mi cara, apestando fuertemente a cuero. Mi cuerpo se abolló contra el suelo, dejándome con la boca llena de polvo y arena el cual se disolvió bajo mi lengua. - “¡Fuera!” Gritó la Srta. Sully. Me puse de lado, inspeccionando mis daños. Mis muslos ardían con una extraña mezcla de calor y frío y cuando levanté mi sudadera, decir que dos gatos habían estado jugando en mis muslos era poco. Cojeando hasta la caseta, me dejé caer en la banca. - “Muy bonito,” dijo Elliot. - “¿La maniobra que hice, o el rasgón en mi pierna?” Llevando mi rodilla contra mi pecho, sacudí el sucio lo más que pude. Elliot se dobló y sopló en mi rodilla. Varios de los pedazos más grandes de tierra cayeron al suelo. Un momento de incómodo silencio le siguió. - “¿Puedes caminar?” Preguntó. Parándome, demostré que aunque mi pierna era un desastre con rasgones y sucio, aún podía usarla. - “Puedo llevarte a la enfermería, si quieres, para que te venden,” él dijo. - “De verdad estoy bien.” Miré a la verja en donde había visto a Patch. Él ya no estaba allí. - “¿Ese que estaba parado en le verja era tu novio?” Preguntó Elliot.
 Me sorprendió el que Elliot hubiera notado a Patch. Él había estado de espaldas a él. - “No,” dije. “Es solo un amigo. En realidad, ni siquiera es eso. Es mi compañero de bilogía.” - “Te estás sonrojando.” - “Probablemente he estado demasiado tiempo expuesta al sol.” La voz de Patch seguía haciendo eco en mi cabeza. Mi corazón latió más rápido y mi sangre se puso fría. ¿Él habló directamente a mis pensamientos? ¿Había entre nosotros alguna inexplicable conexión que permitía que eso pasara? ¿Estaba enloqueciendo?
 - “¿Estás segura que no hay nada entre ustedes dos? No quiero estar tras una chica que no está disponible.”

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