Siguemee

domingo, 22 de enero de 2012

Leer, Capítulo 27; Es la ley de oferta y demanda

Regresé a la mesa de fútbol un poco aturdida. Elliot estaba inclinado sobre la mesa y su rostro mostraba concentración competitiva. Vee estaba gritando y riendo. Jules seguía perdido. Vee me miró. - “¿Y bueno? ¿Qué pasó? ¿Qué te dijo?” - “Nada. Le dije que no nos molestara y se fue.” Dije con voz monótona. - “Él no parecía molesto cuando se fue,” dijo Elliot. “Sea lo que sea que le hayas dicho, debió haber funcionado.” - “Que mal,” dijo Vee. “Estaba esperando algo más emocionante.” - “¿Estamos listos para jugar?” Preguntó Elliot. “Se me está antojando la pizza que me voy a ganar.” - “Sí, si es que Jules regresa,” dijo Vee. “Estoy comenzando a pensar que no le agradamos. Él sigue desapareciendo. Creo que es una indirecta.” - “¿Estas bromeando? Él las adora,” Elliot dijo con demasiado entusiasmo. “Lo que pasa es que él es tímido con los extraños. Voy a buscarlo. No se vayan a ninguna parte.” Tan pronto Vee y yo estuvimos solas, dije, - “¿Sabes que te voy a matar, verdad?” Vee levantó las manos y dio un paso hacia atrás. - “Te estaba haciendo un favor. Elliot está loco por ti. Después de que te fuiste, le dije que tienes como a diez chicos que te llaman todas las noches. Debiste haber visto su cara. A penas contenía los celos.” Gruñí. - “Es la ley de oferta y demanda,” dijo Vee. “¿Quién diría que economía sería tan útil?”
Me di en la frente con la palma de mi mano.- “Necesito algo.” - “Necesitas a Elliot.” - “No, necesito azúcar. Mucha. Necesito algodón de azúcar.” Lo que necesitaba era un borrador lo suficientemente grande como para borrar de mi vida toda evidencia de Patch. Particularmente eso de hablar a través de la mente. Me estremecí. ¿Cómo él lo hacía? ¿Y por qué a mí? A menos que… lo haya imaginado. Al igual que imaginé golpear a alguien con el Neón. - “Yo también podría usar un poco de azúcar,” dijo Vee. “Cuando llegamos, vi a un vendedor cerca de la entrada. Me quedaré aquí para que Jules y Elliot no piensen que huimos y tú puedas comprar el algodón de azúcar.” Retrocedí hasta la entrada, pero cuando encontré al vendedor que vendía los algodones, me distraje por algo que vi a lo lejos del camino. El Arcángel se alzaba sobre la copa de los árboles. Una serpiente de carros montaba sobre la alumbrada vía y bajaba en picada hasta perderse de vista. Me pregunté por qué Patch quería reunirse conmigo. Sentí un pinchazo en el estómago y probablemente debí haber tomado eso como una respuesta, pero a pesar de mis mejores intensiones, me encontré caminando hacia el Arcángel. Me movía junto a la corriente de todas las demás personas, manteniendo mis ojos en las distantes vías del Arcángel que serpenteaba en el cielo. El viento había cambiado de frío a helado, pero esa no era la razón por la cual me sentía mal. La sensación había regresado. Esa fría y mortífera sensación de que alguien me estaba observando. Miré hacia ambos lados y no vi nada. Di una vuelta de 180 grados. Un poco más atrás, parada entre un pequeño grupo de árboles, una figura encapuchada se dio la vuelta y desapareció en la oscuridad. Con mi corazón latiendo velozmente, eludí a un enorme grupo de personas para alejarme de los árboles. Cuando ya estaba más lejos, volví a mirar hacia atrás. No vi a nadie que pareciera seguirme. Cuando me giré para seguir caminando, me di contra alguien. - “¡Lo siento!” Dije, intentando recobrar el balance.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Cada uno de mis lectores habéis hecho posible que este blog continúe, pese a varios "parones" que ha habido.
Y como me seguís interesando me encantaría que compartierais vuestras ideas para mejorar este 'mundo internauta' juntos