La rompieron el corazón. La traicionaron.
La mintieron. Y también la destruyeron. Ella, ya no era ella. Ella dejo
esa sonrisa que se expandía como el mar, por una tristeza que se la
reflejaba en el rostro. Dejo los vestidos, las camisas y los pantalones
de colores vivos, por negros y grises insustituibles. Se corto su
cabello largo y moreno que expresaba un enorme timidez, por un corto
y rubio. Definitivamente ella, ya no era ella. Se pasa las horas
acompañada de su eterna soledad, si, por que ella si que era un amiga.
Por que la soledad no traiciona, no miente, no abandona, y si acudes a
ella, te estará esperando con los brazos abiertos.
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