Siguemee

jueves, 23 de febrero de 2012

Leer, Capítulo 47; Suerte con él, amor.

- “Auto nuevo?” - Pregunté después de que abrí la puerta. El me sonrió misteriosamente. - “Lo gané hace un par de noches en un juego de billar” - “Alguien apostó su auto?” - “El no estaba muy feliz al respecto. Estoy tratando de mantenerme alejado de los callejones oscuros por los próximos días” - “Escuchaste lo de Marcie Millar?” - Lo solté ahí mismo, esperando que la pregunta lo tomara por sorpresa. - “No. Qué pasó?”- Su respuesta salió fácilmente y yo decidí que eso, probablemente significaba que él estaba diciendo la verdad. Desafortunadamente, cuando de decir mentiras se trataba, Patch no parecía ningún aficionado.
- “Alguien la golpeó” - “Una pena” - “Alguna idea de quién pudo haberlo hecho?” Si Patch escuchó la preocupación en mi voz, no lo demostró. El se recostó contra su asiento y se pasó una mano por su mandíbula pensativamente. - “Nop” Me pregunté a mi misma si pensaba que él estaba escondiéndome algo. Pero descubrir mentiras nunca fue mi fuerte. Yo nunca tuve mucha experiencia haciéndolo. Normalmente me rodeaba de personas en las que confiaba… normalmente. Patch parqueó el Jeep detrás del Arcade de Bo. Cuando llegamos al frente de la fila, el cajero puso sus ojos primero sobre Patch y después sobre mí, una y otra vez, como tratando de encontrar la conexión.
- “Que pasa?” dijo Patch, y puso tres billetes sobre la mesa.
El portero puso sobre mí su mirada penetrante. El se dio cuenta que yo no podía dejar de mirar los tatuajes verde moho que cubrían cada pulgada de sus brazos. Entonces movió una bolita de chicle? Tabaco? de un lado al otro de su labio inferior y dijo - “Se te perdió algo?” - “Me gusta tu tatu-“comencé a decir. El me mostró unos dientes afilados como de perro. - “Creo que no le gusté mucho” Le susurré a Patch cuando estábamos a una distancia prudente. - “A Bo no le gusta nadie” - “Ese es Bo? El del Arcade de Bo?” - “Ese, es Bo Junior del Arcade de Bo. Bo padre murió hace unos años” - “Como?” Pregunté. - “Pelea de bar. Abajo”
Sentí un desconcertante deseo de correr hacia el Jeep y salir rápidamente del parqueadero. - “Esto es seguro?” Le pregunté. Patch me miró de medio lado - “Ángel” - “Sólo preguntaba” Abajo, el salón de billar se veía exactamente como la primera noche que vine. Paredes negro-ceniza pintadas de negro. Mesas de fieltro rojo en medio del salón. Mesas de póker regadas alrededor del borde. Lámparas de baja iluminación curvándose a través del techo. El olor congestionado de cigarrillos obstruyendo el aire. Patch escogió la mesa más alejada de las escaleras. Pidió dos 7up del bar y las destapó con el borde de la mesa. - “Nunca he jugado billar” confesé.
- “Escoge un taco” El señaló hacia el aparador de palos empotrado a la pared. Levanté uno y lo llevé hasta nuestra mesa. Patch se pasó una mano sobre su boca para borrarse una sonrisa. - “Qué?” dije yo. - “No puedes marcar un Home Run en el billar” - “Sin Home Runes. Entendido” Su sonrisa se agrandó. - “Estás sosteniendo tu taco como un bate” Miré mis manos. El tenía razón. Estaba sosteniéndolo como un bate. - “Así se siente más cómodo” El se movió detrás de mí, puso sus manos sobre mi cadera y me posicionó en frente de la mesa. Deslizo sus manos a mí alrededor y tomó el palo de billar. - “Así” dijo él, reacomodando mi mano derecha hacia arriba unos cuantos centímetros. - “Y… así” continuó el, tomando mi mano izquierda y formando un círculo con mi pulgar y mi dedo índice. Entonces puso mi mano izquierda en la mesa. Como un trípode. Él empujó la punta del palo de billar a través del círculo y sobre el nudillo de mi dedo del medio. - “Dobla tu cintura”
Yo me incliné hacia la mesa de billar,con el aliento de Patch calentando mi cuello.El haló hacia atrás el palo de billar y lo guío a través del círculo. - “Qué bola quieres golpear?” preguntó el, refiriéndose al triangulo de bolas acomodado al final de la mesa.
- “La amarilla del frente parece una buena elección” - “El rojo es mi color favorito” - “Entonces la roja será” Patch dirigió el palo hacia atrás y hacia delante a través del círculo, apuntando a la bola, practicando su golpe. Yo bizqueé mirando la bola blanca, después hacia el triangulo de bolas más allá de la mesa. - “Estás un poquito desviado” le dije. Lo sentí sonreír. - “Cuanto quieres apostar?” - “Cinco dólares” Lo sentí sacudir su cabeza suavemente.
- “Tu chaqueta” - “Tu quieres mi chaqueta?” -“Quiero que te la quites” Mi brazo se desplazo hacia atrás y el palo de billar se disparó entre mis dedos, golpeando la bola blanca. Entonces, la bola blanca se disparó hacia delante, impactando la bola roja, destruyendo el triangulo, dejando las bolas desordenadas en todas las direcciones. - “Está bien” dije, quitándome mi chaqueta de Jean. - “Tal vez esté un poco impresionada.” Patch examinó mi bufanda de seda/camisa Halter. Sus ojos estaban tan negros como el mar a media noche, su expresión contemplativa.- “Muy bonito” dijo.
Entonces se movió alrededor de la mesa, observando la posición en la que quedaron las bolas.
- “Cinco dólares a que no puedes meter la azul” dije, seleccionándola a propósito, estaba separada de la bola blanca por un montón de bolas de otros colores. - “No quiero tu dinero” dijo Patch. Nuestros ojos se encontraron y el más pequeño de los hoyuelos apareció en su cara. Mi temperatura interna subió otro grado. - “Entonces que quieres?” Pregunté. Patch bajó su palo de billar hacia la mesa. Tomó impulso y golpeó fuertemente la bola blanca. En el instante en que la bola blanca golpeó la verde, esta golpeó a su vez la bola ocho y con el impulso metió la azul limpiamente. Dejé escapar una risita nerviosa y traté de cubrirla sonando mis nudillos. Un mal hábito del que no me puedo deshacer.
“Está bien, tal vez estoy más que un poco impresionada” Patch aún estaba inclinado sobre la mesa y entonces me miró. Su mirada calentó mi piel. - “Nunca llegamos a apostar nada” dije yo. Resistiéndome a la urgencia de cambiar de posición. Sentía el palo de billar deslizarse entre mis manos y discretamente me limpié mi mano en mis piernas. Como si no estuviera sudando lo suficiente, Patch dijo -“Me lo debes. Algún día te lo voy a cobrar.” Me reí, pero salió un sonido fuera de tono. -“Eso quisieras”
Fuertes pisadas retumbaron en el suelo de las escaleras. Un alto y fibroso chico, con nariz aguileña y desordenado pelo negro-azulado apareció al fondo. Miró primero a Patch, entonces fijó sus ojos sobre mí.
Una pequeña mueca apareció en su cara mientras se estiraba y agarraba mi 7Up. La cual yo había dejado sobre el borde de la mesa de billar. - “Discúlpeme, pero creo que eso es-“Comencé a decir. - “Tu no mencionaste que ella se viera tan bien”- le dijo él a Patch, limpiando su boca con el reverso de su mano. El habló con un fuerte acento irlandés. - “Tampoco le conté a ella lo mal que te ves tú”- le respondió Patch, que tenía su boca en el estado relajado que precede a una sonrisa. El chico se apoyó en la mesa de billar a mi lado y me ofreció su mano. - “Mi nombre es Rixon, amor”
Le ofrecí mi mano de mala gana. - “Nora” - “Estoy interrumpiendo algo aquí?” dijo Rixon, mirándonos inquisidoramente a Patch y a mí. - “No” - dije al mismo tiempo que Patch decía - “Si”- . De repente, Rixon empujó juguetonamente a Patch, y los dos cayeron al suelo, rodando y dándose golpes. Se escuchaba el sonido de risas roncas, puños conectando con piel y tela rompiéndose. Entonces la espalda desnuda de Patch salió a la vista. Dos cicatrices la recorrían de largo. Comenzaban cerca a sus riñones y terminaban al borde de sus hombros, ampliándose, hasta formar un V al revés. Los bordes eran tan grotescos que yo casi jadeé horrorizada. “Oye, Quítate de encima” Grito Rixon. Patch se balanceó y se puso de pie, su camisa rota se abrió totalmente. El la arrancó del todo y la tiro a un bote de basura del mostrador. - “Dame tu camisa” le dijo a Rixon. Rixon me dirigió un guió malvado. - “Qué crees, Nora? Deberíamos devolverle su
camisa?”  Patch amagó juguetonamente hacia él, y las manos de Rixon volaron hacia sus hombros. - “Tranquilízate” dijo el retrocediendo. El se quito su camisa y se la pasó a Patch, revelando una ceñida camisilla blanca que tenía debajo. Mientras Patch deslizaba su camisa sobre unos abdominales lo suficientemente duros para causar un aleteo en mi estomago, Rixon se dirigió hacia mí. - “Te contó el cómo obtuvo su sobrenombre?” - “Perdón?” - “Antes de que nuestro amigo Patch quedara enviciado con el billar, le gustaba el boxeo irlandés a puño limpio. Y no era muy bueno en ello.”  Rixon movió su cabeza. - “La verdad sea dicha, el era realmente patético. Yo pasé la mayoría de las noches remendándolo, y poco después todos comenzaron a llamarlo Patch. Le dije que dejara de boxear pero nunca me escuchó” Patch me miró y me dio su mejor mirada de soy el ganador de medalla de oro en pelea de bares. Su cara por si sola era suficiente para asustarme, pero debajo de su exterior rudo, contenía una nota de deseo. De hecho era más que una nota. Era toda una sinfonía de deseo. Patch señaló la escalera con su cabeza y me ofreció su mano. - “Salgamos de aquí” - dijo él. - “A donde vamos?” - pregunté, sintiendo mi estomago caer hasta mis rodillas. - “Ya verás” Mientras subíamos la escalera, Rixon me gritaba - “Buena suerte con él, amor”

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