Siguemee

miércoles, 22 de febrero de 2012

Leer, Capítulo 46; La investigación.

Hubo una fría lluvia todo el sábado y yo me senté cerca a la ventana viéndola caer sobre los crecientes charcos de lodo en el suelo. Yo tenía una vieja copia de Hamlet en mi regazo, un lapicero detrás de mi oreja y una taza de chocolate caliente vacía a mis pies. El documento con las preguntas de comprensión de lectura sobre la mesa, estaba tan vacio ahora como cuando la señora Lemon lo entregó en clase hace dos días. Eso era algo malo. Mi mamá se había ido a su clase de yoga hace casi treinta minutos y aunque yo practicaba unas cuantas formas diferentes de darle la noticia de mi cita con Patch, al final la deje dirigirse hacia la puerta sin vocalizar una sola de ellas. Me dije a mi misma que no era algo importante. Yo ya tengo dieciséis y puedo decidir cuándo y por que salgo de la casa. Perfecto. Ahora iba a tener que cargar con mi culpa toda la noche. Cuando el reloj del abuelo en el hall sonó anunciando las 4:30, dejé felizmente el libro a un lado y subí corriendo a mi habitación. Había gastado casi todo mi día haciendo tareas y labores de la casa y eso había mantenido mis pensamientos alejados de la cita de esta noche. Pero ahora que estaba en los minutos finales, los nervios y la anticipación lo sobrepasaron todo. Quisiera o no pensar en ello, Patch y yo teníamos asuntos pendientes. Nuestro último beso fue cortado de repente. Tarde o temprano nuestro beso tendría que resolverse. Yo no tenía ninguna duda de lo mucho que quería que se resolviera, tan sólo no estaba segura de estar lista para que ocurriera esta noche. Además de todo esto, no ayudaba que la advertencia de Vee siguiera apareciendo como una bandera roja en mi mente: Mantente alejada de Patch. Me paré frente al espejo y tomé inventario. El maquillaje era mínimo, reducido a una
pasada de pestañina. Cabello enmarañado, pero que tenía eso de raro? Mis labios podían necesitar un poco de brillo. Lamí el inferior dejándolo con una apariencia húmeda. Eso me puso a pensar más en mi casi-beso con Patch, lo que me produjo un ataque involuntario de calor. Si un casi-beso podía hacerme eso, me preguntaba qué podía hacerme un beso completo. Mi reflejo sonrió. - “No es gran cosa”- me dije a mi misma mientras me probaba pendientes. El primer par era grande, largo y turquesa… y me hacían ver como si me estuviera esforzando demasiado. Los puse a un lado y traté de nuevo con unas pequeñas perlas de ópalo. Mejor. Me preguntaba que tenía Patch en mente. Cena? Una película? - “Es como una clase de biología”- Le dije indiferentemente a mi reflejo. - “Sólo que… sin la parte de biología, y la clase” Me puse mis jeans entubados y zapatos de bailarina. Envolví una bufanda azul cielo de seda alrededor de mi cintura, arriba de mi torso. Entonces até las esquinas detrás de mi cuello, formando una blusa estilo halter**. Sacudí mi cabello y entonces tocaron la puerta. - “Ya voy” me apresuré hacia la escalera. Me chequeé una última vez en el espejo del hall, entonces abrí la puerta y me encontré con dos hombres con abrigos negros parados en el porche. - “Nora Grey” dijo el detective Basso, sosteniendo en alto su placa de policía. - “Nos encontramos de nuevo” Me tomó un momento encontrar mi voz. - “Qué está haciendo aquí?” El señaló hacia un lado con su cabeza. - “Usted recuerda a mi compañero el Detective Hostigue, le importa si pasamos y le hacemos algunas preguntas?” No sonaba como si estuviera pidiendo permiso. De hecho, sonó casi como una
amenaza.
- “Qué ocurre?” - pregunté, dividiendo mi mirada entre los dos. - “Está tu mamá en casa?” - Preguntó el detective Basso. - “Ella está en yoga. Por qué? Qué está pasando?” Ellos arrastraron sus pies y entraron a la casa. - “Puede decirnos que pasó entre usted y Marcie Millar en la biblioteca en la tarde del miércoles?” - Preguntó el detective Hostigue poniéndose cómodo en el sofá. El detective Basso se mantuvo de pie, examinando con cuidado las fotos familiares sobre la mesa. Sus palabras tardaron un momento en ser registradas por mi cerebro. La biblioteca. El miércoles en la tarde. Marcie Millar. - “Marcie se encuentra bien?” Pregunté. No era ningún secreto que Marcie no ocupaba un lugar cálido y afectuoso en mi corazón. Pero eso no significaba que deseara verla en problemas o peor, en peligro. Y especialmente no la quería metida en ningún problema que pudiera involucrarme. El detective Basso puso sus manos sobre sus caderas. - “Qué te hace pensar que ella no se encuentra bien?” - “Yo no le hice nada a Marcie” - “Por qué estaban discutiendo ustedes dos?”- Preguntó el Detective Hostigue, -“Los vigilantes de la biblioteca me dijeron que las cosas estaban acalorándose entre ustedes” - “No fue así” - “Como fue?” - “Nos dijimos unas cuantas cosas la una a la otra” - dije, esperando que lo dejaran así. - “Que cosas?” -“Cosas estúpidas” - dije en retrospectiva.
- “Voy a necesitar escuchar esas cosas, Nora” - “La llamé cerdo anoréxico” - Mis mejillas ardían y mi voz sonaba humillada. Si la situación no hubiera sido tan seria, podría haber deseado inventar algo más cruel y denigrante. Eso sin mencionar algo que tuviera más sentido. Los detectives intercambiaron una mirada. - “La amenazaste?” preguntó el Detective Hostigue - “No” - “A donde fuiste después de la biblioteca?” - “A casa” - “Seguiste a Marcie?” - “No. Como dije. Volví a casa. Van a decirme que fue lo que le pasó a Marcie?” - “Hay alguien que pueda comprobar eso?” Preguntó el detective Basso. - “Mi compañero de biología. El me vio en la biblioteca y se ofreció a traerme a casa” Yo tenía un hombro apoyado sobre las puertas francesas que daban al salón, y el Detective Basso caminó y se situó contra un poste del lado opuesto, al frente mío. - “Escuchemos lo que dices sobre ese compañero de Biología”
- “Qué clase de pregunta es esa?” El extendió sus manos. - “Es una pregunta bastante básica. Pero si quiere que me ponga más específico puedo hacerlo. Cuando yo estaba en la escuela, usualmente les ofrecía a las chicas en las que estaba interesado llevarlas a sus casa. Llevemos eso un paso más adelante. Cuál es su relación con su compañero de biología… afuera del salón de clase?” - “Usted está bromeando, verdad?” Un lado de la boca del Detective Blasso se levantó. - “Eso es lo que pensé. Golpearon a Marcie Millar usted y su novio?” - “Marcie fue golpeada?”
El se alejó de la puerta y se posicionó directamente en frente mío. - “Quería mostrarle lo que le pasa a las chicas como ella cuando no mantienen sus bocas cerradas? Cree usted que ella se merecía unos cuantos moretones? Yo conocía chicas como Marcie cuando estaba en la escuela. Ellas se lo merecen, no es así?. Que se merecía Marcie, Nora? Alguien la golpeó bastante fuerte el miércoles en la noche y yo pienso que usted sabe más de lo que admite” Yo estaba esforzándome bastante por suprimir mis pensamientos. Asustada de que de alguna forma estos se reflejaran en mi cara. Tal vez era una coincidencia que en la misma noche en la que me quejé con Patch a cerca de Marcie, ella resultara golpeada. Pero de la misma forma, tal vez no era así. - “Vamos a tener que hablar con su novio” dijo el Detective Hostigue. - “El no es mi novio. Es mi compañero de Biología” -“Está viniendo hacia aquí ahora?” Yo sabía que debía ser directa. Pero pensándolo mejor, no podía aceptar que Patch pudiera herir a Marcie. Marcie no era el mejor tipo de persona y se había ganado una buena cantidad de enemigos. Algunos de esos enemigos eran capaces de ese tipo de brutalidad. Pero Patch no era uno de ellos. La brutalidad sin sentido no era su estilo. - “No” dije yo. El detective Basso me dirigió una sonrisa forzada.- “Vestida y arreglada para una noche en casa?” - “Algo así” - dije, con el tono más frio con el que me atreví a responder. El detective Hostigue sacó una pequeña libreta de uno de los bolsillos de su abrigo. Lo abrió y tomó su lapicero. - “Vamos a necesitar su nombre y su número”
Diez minutos después de que salieron los detectives, un Jeep Comando negro llegó a mi casa. Patch corrió en medio de la lluvia hasta el porche, usando jeans oscuros botas y una camisa térmica gris.

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