Siguemee

domingo, 19 de febrero de 2012

Leer, capitulo 44: Comprender mis movimientos.

Vee estaba inclinada contra mi casillero, perdiendo el tiempo lanzando un marcador de color púrpura. - “Hola,”- ella dijo cuando no hubo nadie que quedara en el pasillo entre nosotras - “Donde has estado? Te busqué En el laboratorio de electrónica y en la biblioteca.” - “Tuve una reunión con la Señorita Greene, la nueva psicóloga escolar.”- Le dije con naturalidad, pero en el interior tenía una sensación de estremecimiento. No podía parar de pensar en Elliot interrumpiendo en mi casa. Que lo estaba deteniendo de hacerlo de nuevo? O de hacer algo peor? - “Que sucede?” - Pregunto Vee. Di vuelta a la combinación de mi casillero e intercambie los libros. - “Sabes cuánto cuesta un buen sistema de alarma?” - “Sin ofender, nena, pero nadie va a roba tu carro.” Inmovilicé a Vee con una malévola mirada. - “Es para mi casa. Quiero estar segura de que Elliot no se volverá a meter otra vez.” Vee miro alrededor y aclaro su garganta. - “Que?” -Dije. Vee levanto las manos. - “Nada. Nada. Si todavía estas empeñada en atribuirle eso a Elliot…Ese estas en tu derecho. Es un loco derecho, pero bueno, es tuyo.” Cerré la puerta de mi casillero y el ruido hizo eco por el pasillo. Reprimí la respuesta acusatoria de que ella de todas las personas debería creerme y en cambio dije.-“Voy de camino a la biblioteca y tengo un poco de prisa,” - Salimos del edificio y recorrimos el terreno hacia el estacionamiento y me detuve, miré alrededor buscando el Fiat, pero así fue como recordé que mi mama me había dejado de camino a su trabajo esta mañana y Vee con el brazo roto no estaba manejando.
- “Mierda,” - Dijo Vee, leyendo mis pensamientos. - “Estamos sin carro.” Protegiendo mis ojos del sol, mire hacia la calle. - “Supongo que eso significa que tenemos que caminar.” - “No tenemos. Tú lo harás. Te acompañaría pero una vez a la semana es mi límite de la biblioteca.” - “No has estado en la biblioteca esta semana,” - Señale. - “Si pero voy a tener que ir mañana.” - “Mañana es jueves. En toda tu vida, alguna vez has estudiado un jueves?” Vee golpeo ligeramente su labio con una uña y adopto una expresión pensativa. -“Alguna vez he estudiado un miércoles?” - “No que yo recuerde.” - “Hay lo tienes. No puedo ir. Eso sería en contra de la tradición.” Treinta minutos después, subí los escalones que conducían hacia la puerta principal de la biblioteca. Una vez adentro, puse la tarea en un segundo plano y me dirigí directamente a la sala de computadoras, en donde busque el internet tratando de encontrar más información sobre “La Colgada de Kinghorn” No encontré mucho. Originalmente eso había sido un gran despliegue publicitario, pero después de que se descubrió la nota de suicidio y Elliot fue puesto en libertad, las noticias cambiaron. Era tiempo de hacer un viaje a Portland. No iba a aprender mucho examinando artículos de prensa, pero tal vez tendría mejor suerte haciendo un trabajo de campo allá. Me desconecte del sistema y llame a mi mama. - “Tengo que estar esta noche en casa a las nueve?” - “Si, por qué?” - “Estaba pensando en tomar un bus hacia Portland.”
Ella me dio una de sus sonrisas Debes pensar que estoy loca- - “Necesito entrevistar algunos estudiantes de la preparatoria Kinghorn,” Dije. - “Es para un proyecto que he estado investigando,” Eso no era una mentira. No realmente. Por supuesto sería mucho más fácil justificarlo si yo no estuviera agobiada por la culpa de mantener la interrupción forzada en completo secreto y asegurarme de que la policía no la visitara. Había pensado en decírselo, pero cada vez que abría mi boca para decir las palabras, se esfumaban. Estábamos luchando por sobrevivir. Necesitábamos los ingresos de mi madre. Si le decía acerca de Elliot, ella renunciaría inmediatamente. - “No puedes ir a la ciudad sola. Es una noche de escuela y oscurecerá pronto. Además, para cuando llegues allá, los estudiantes se habrán ido.” Lancé un suspiro. . Está bien, estaré en casa pronto.” - “Se que te prometí un aventón, pero estoy atascada en mi oficina.”- La oí acomodando sus papeles e imagine que tenía el teléfono acunado bajo la barbilla y el cable enrollado en el cuerpo varias veces. - “Es demasiado pedirte que camines?” El tiempo estaba solo un poco frio. Yo tenía mi chaqueta de jean y tenía mis piernas. Podría caminar. El plan sonaba mucho más razonable en mi cabeza, por que la idea de de caminar a casa dejaba un vacio en mi interior. Pero, aparte de pasar la noche en la biblioteca, no veía ninguna otra opción. Estaba casi en las puertas de la biblioteca cuando oí mi nombre. Dando la vuelta, me encontré con Marcie Millar acortando la distancia entre nosotras. - “Oí lo que le ocurrió a Vee,” - Ella dijo. - “Es realmente triste, quiero decir, quien la atacaría? A menos que, ya sabes, no pudieron evitarlo. Tal vez fue en defensa propia, oí que estaba oscuro y llovía, sería fácil confundir a Vee con un alce. O un oso, o un búfalo. Realmente con cualquier animal corpulento.” - “Cielos, fue muy agradable hablar contigo, pero hay un montón de cosas que preferiría estar haciendo. Como meter mi mano en el vertedero de residuos.” - Seguí hacia la salida. - “Espero que ella se haya alejado de esas comidas de hospital,” - Marcie dijo, persiguiéndome de cerca. - “He escuchado que son altas en grasa. Ella no podría estar de
pie con más peso.” Di una vuelta. - “Eso es todo. Una palabra más y yo…” - Las dos sabíamos que se trataba de una amenaza vacía. Marcie sonrió tontamente. - “Tú Qué?” - “Ramera.” Dije. - “Estrafalaria.” - “Perra.” - “Fenómeno.” - “Cerda anoréxica.” - “Wow,” - Dijo Marcie, tambaleándose melodramáticamente con una mano presionada en su corazón. - “Se supone que tengo que actuar ofendida? Por tratar de tener esta talla. Viejas noticias. Por lo menos se ejercer un poco de auto-control.” El guardia de seguridad parado en las puertas aclaro su garganta. - “Está bien, terminen esto. Continúenlo afuera o voy a tener que llevarlas a las dos a mi oficina y comenzare a llamar a sus padres.” - “Hable con ella,” - Dijo Marcie, señalándome con un dedo. “- Yo soy la única que está tratando de ser amable. Ella verbalmente me ataco. Yo solo estaba ofreciendo mis condolencias por lo que le ocurrió a su amiga.” - “Dije que afuera.” - “Se ve bien en uniforme.” - Marcie le dijo, destellando su toxica sonrisa. El sacudió la cabeza hacia las puertas.- “Largo de aquí.” Pero no sonó tan rudo. Marcie desfilo hacia las puertas. “- Te importaría alcanzar la puerta por mi? Tengo manos cortas.” - Ella estaba sosteniendo un libro empastado. El guardia presiono el botón para discapacitados y las puertas se abrieron automáticamente.
- “Gracias,” - Dijo Marcie, enviándole un beso. No la perseguí. No estaba segura de lo que ocurriría si lo hacía, pero estaba llena de emociones negativas que en realidad podía hacer algo que lamentara. Los insultos y las peleas no estaban en mí. A menos que se tratara de Marcie Millar. Di la vuelta y me dirigí a los ascensores de la biblioteca. Entre en la jaula de metal y pulse el botón para dirigirme al sótano. Yo podía haber esperado unos pocos minutos a que Marcie se fuera, pero conocía otra manera de salir y decidí tomarla. Hace cinco años, la ciudad había aprobado la mudanza de la biblioteca pública a un edificio histórico justo en el Viejo Centro de Coldwater. El rojo ladrillo se remontaba a la década de los 1850, y el edificio terminaba con una romántica cúpula y una gran ventana para observar las embarcaciones llegar por el mar. Lamentablemente, el edificio no incluía un estacionamiento, así que un túnel había sido excavado para conectar la librería con el Palacio de Justicia al otro lado de la calle. El garaje ahora servía a ambos edificios. El ascensor se detuvo y me baje. El túnel estaba iluminado por luces fluorescentes que parpadeaban un pálido color purpura. Me tomo un momento obligar a mis pies para comenzar a caminar. Estaba golpeada por el repentino pensamiento de mi padre en la noche que murió, me pregunte si él había estado en una calle tan alejada y oscura como el túnel que tenía por delante. Comenzando a caminar, me dije a mi misma, solo había sido un acto de violencia al azar. Has pasado el último año paranoica sobre cada callejón oscuro, habitación oscura o armario oscuro. No puedes vivir toda la vida con el miedo de que tengas un arma apuntando hacia ti. Determinada a probar que mi miedo estaba solo en mi cabeza me dirigí por el túnel, escuchando el suave golpe de mis zapatos en el concreto. Cambiando mi mochila a mi hombro izquierdo, calcule cuanto podía tomarme caminar a casa si tomaba o no un atajo por las vías del ferrocarril ya que había caído el anochecer. Esperaba que si mantenía mis pensamientos optimistas y ocupados, no tendría tiempo de concentrarme en mi creciente sensación de alarma. El túnel termino y una figura estaba parada justo al frente Me detuve a mitad del camino y mi corazón cayó en unos pocos latidos. Patch llevaba
una camiseta negra, unos jeans sueltos y botas con punta de platino. Sus ojos parecían como si no siguieran las reglas. Su sonrisa era demasiado astuta para reconfortar. - “Que estas haciendo aquí?” - Pregunte, retirando un puñado de cabello de mi cara y mirando más allá de la salida de automóviles en la superficie. Yo sabía que estaba al frente, pero varias de las fluorescentes luces en el techo estaban fuera de servicio, lo que hacía difícil ver con claridad si había una violación, asesinato o cualquier otra actividad corrupta en la mente de Patch, el me había acorralado en el lugar perfecto. Cuando Patch se movió hacia mí, yo retrocedí. Encontré un coche y vi mi oportunidad. Me pase alrededor posicionándome en el lado opuesto a donde estaba Patch, con el coche entre nosotros.
Patch me miro por encima del coche, con las cejas levantadas. - “Tengo preguntas,” - Dije, - “Muchas preguntas.” - “Sobre qué?” - “Sobre todo.” Su boca se torció y yo estaba bastante segura de que él estaba luchando contra una sonrisa.-“Y si mis respuestas no tienen éxito, vas a escapar?” - El señaló con la cabeza en dirección a la salida del estacionamiento. Ese era el plan. Más o menos. Era dar y tomar unas cuantas cosas que eran evidentes, como el hecho de que Patch era mucho más rápido que yo. - “Vamos a oír esas preguntas,” El dijo. - “Como sabias que estaría en la biblioteca esta noche?” - “Un buen presentimiento”
Ni por un momento creí que Patch estaba aquí por un presentimiento. Había un lado del que era casi depredador, si las fuerzas armadas lo conocieran, harían todo lo que estuviera en su poder para reclutarlo. El se lanzo hacia la izquierda, yo contrarreste su movimiento, corriendo hacia la parte trasera del coche. Cuando Patch se detuvo, yo también lo hice. El estaba en la parte delantera del coche y yo en la cola.
- “Donde estuviste el domingo en la tarde?” - Pregunte, - “Me seguiste cuando fui de compras con Vee?” - Patch no pudo haber sido el chico de la máscara de Sky, pero eso no significaba que no estuviera involucrado en la cadena de los perturbadores acontecimientos. El estaba ocultándome algo. Había estado ocultado algo desde el día en que nos conocimos. ¿Era coincidencia que el último día normal en mi vida había sido antes de ese fatídico día? No lo creo. - “No. Como les fue, por cierto? Compraron algo? - “Tal vez.” Dije con la guardia abajo. - “Como qué?” Recordé. Vee y yo solo habíamos hecho compras en Victoria Secret. Había gastado treinta dólares en el sujetador de encaje negro, y yo había estado a punto de no ir allí. En vez de eso relacione la tarde, empezando con la sensación de que estaba siendo perseguida y terminando con encontrar a Vee al lado de la carretera, como la victima de un brutal ataque. - “Bien?”- Exigí cuando termine. - “Tienes algo que decir?”
- “No,” - “No tienes idea de lo que le ocurrió a Vee?” - “Otra vez, no.” - “No te creo,” - “Eso es porque tienes problemas de confianza.” - El extendió las dos manos en el coche, apoyándose en el capó. - “Hemos hablado de esto.”
Sentí mi humor echar chispas. Patch había cambiado la conversación de nuevo. En lugar de la atención estar en el, estaba de nuevo en mi. Especialmente no me gustaba recordar que en cierta medida el sabia cosas de mí. Cosas privadas. Como mis problemas de confianza. El se abalanzo hacia la derecha. Me escape de él y pare cuando él lo hizo. Mientras estábamos en un punto muerto sus ojos se fijaron en los míos, casi como si estuviera tratando de comprender mi próximo movimiento.

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