Siguemee

jueves, 8 de diciembre de 2011

Leer, capitulo 6: Palabras fallidas

- Eso no es gracioso. - Dije, sosteniéndole la mirada, agradecida por no haber tartamudeado. - No, pero te hizo ruborizar. Me impulsé sobre el lateral de la mesa, tratando de parecer imperturbable mientras lo hacía. Crucé las piernas, usando la rodilla como tablero de escritura. - ¿Trabajas? - Limpio mesas en el Borderline. El mejor mexicano en la ciudad. - ¿Religión? No pareció sorprendido por la pregunta, pero tampoco pareció entusiasmado por ella. - Creí que habías dicho unas pocas preguntas rápidas. Ya estás en la número cuatro.
- ¿Religión? - Pregunté con más firmeza. Patch deslizó una mano pensativamente por la línea de su mandíbula. - Religión no... culto. - ¿Perteneces a un culto? - Me di cuenta demasiado tarde de que, aunque había sonado sorprendida, no habría debido. - Y resulta que tengo necesidad de sacrificar a una mujer sana. Había planeado atraerla para que confiara en mí antes, pero si estás lista ahora... Toda sonrisa que aún quedara en mi rostro desapareció. - No me estás impresionando. - Aún no he empezado a intentarlo. Me bajé de la mesa y me planté delante de él. Era una cabeza más alto que yo. - Vee me dijo que vas al último curso. ¿Cuántas veces has suspendido la Biología de segundo año? ¿Una? ¿Dos? - Vee no es mi portavoz. - ¿Estás negando haber suspendido? - Te estoy diciendo que no fui al instituto el año pasado. - Sus ojos se mofaban de mí. Eso solo me hizo más determinada. - ¿Faltaste sin autorización? Patch dejó su palo de billar sobre el tapete y me hizo un gesto con el dedo para que me acercara. No lo hice. - ¿Un secreto? - Dijo en tono confidencial - Nunca antes he ido a la escuela. ¿Otro secreto? No es tan aburrida como esperaba. Estaba mintiendo. Todo el mundo iba a la escuela. Había leyes. Estaba mintiendo para sacarme de quicio. 
- Crees que estoy mintiendo. - Dijo alrededor de una sonrisa. 
- ¿No has ido a la escuela, nunca? Si eso es cierto, y tienes razón, no creo que lo sea, ¿qué te decidió a venir este año? 
- Tú. 
El impulso de sentirme asustada palpitaba a través de mí, pero me dije a mí misma que eso era exactamente lo que Patch quería. Manteniéndome firme en el sitio, intenté en vez de eso actuar irritada. Aún así, me llevó un momento encontrar mi voz. 
- Ésa no es una respuesta de verdad. Debió de acercarse un paso, porque de pronto nuestros cuerpos estaban separados tan solo por nada más que un estrecho margen de aire. 
- Tus ojos, Nora. Esos fríos ojos gris pálido son sorprendentemente irresistibles. - Inclinó la cabeza a un lado, como para estudiarme desde un nuevo ángulo - Y esa tremenda boca curva. Sorprendida no tanto por su comentario, sino porque una parte de mí respondiera positivamente a él, me aparté. 
- Eso es suficiente. Me voy. Pero tan pronto como las palabras estuvieron fuera de mi boca, sabía que no eran ciertas. Sentía la necesidad de decir algo más. Escogiendo entre los pensamientos
enredados en mi mente, intenté encontrar qué era lo que sentía que tenía que decir. ¿Por qué era tan desdeñoso, y por qué actuaba como si yo hubiera hecho algo para merecérmelo? 
- Pareces saber mucho sobre mí. - Dije, haciendo la subestimación del año 
- Más de lo que deberías. 
- Pareces saber exactamente qué decir para ponerme incómoda. - Me lo pones fácil. Se disparó una chispa de furia en mi interior. 
- ¿Admites que estás haciendo esto a propósito? 
- ¿Esto? 
- Esto. Provocarme. 
- Di “provocar” otra vez. Tu boca se ve provocadora cuando lo haces. 
- Hemos terminado. Termina tu partida de billar. 
- Agarré su palo de billar de la mesa y lo empujé hacia él. No lo cogió. - No me gusta sentarme a tu lado. - Dije 
- No me gusta ser tu compañera. No me gusta tu sonrisa condescendiente. - Mi mandíbula se apretó, algo que normalmente pasaba solo cuando mentía. Me pregunté si estaba mintiendo ahora. Si era así, quería pegarme una patada 
- No me gustas tú. - Dije tan convincentemente como pude, y empujé con fuerza el palo contra su pecho. 
- Me alegro de que el Entrenador nos pusiera juntos. - Dijo. Detecté una levísima ironía en la palabra “Entrenador”, pero no pude interpretar ningún significado oculto. Esta vez sí cogió el palo de billar. 
- Estoy trabajando para cambiar eso. - Repliqué. Patch pensaba que esto era tan gracioso que enseñó los dientes en la sonrisa. Alzó la mano hacia mí, y antes de que pudiera apartarme, desenredó algo de entre mi pelo. - Un papel. - Explicó, dejándolo caer al suelo. Al alzar la mano, vi una marca en la cara interna de su muñeca. Al principio asumí que era un tatuaje, pero un segundo vistazo reveló una marca de nacimiento marrón rojiza, algo levantada. Era de la forma de una salpicadura de pintura. - Ése es un desafortunado sitio para una marca de nacimiento. - Dije, más que un poco molesta de que estuviera en un lugar tan similar al de mi propia marca. Patch se bajó la manga casual pero perceptiblemente sobre la muñeca. - ¿La preferirías en algún lugar más privado? - No la preferiría en ningún sitio. - No estaba segura de cómo sonaba esto y lo volví a intentar - No me importaría si no la tuvieras en absoluto. 
- Lo intenté por tercera vez - No me importa tu marca de nacimiento, punto. 
- ¿Alguna pregunta más? - Preguntó - ¿Comentarios? 
- No. - Entonces, te veré en Bio. Pensé en decirle que nunca me volvería a ver. Pero no iba a tragarme mis palabras dos veces en un día.

1 comentario:

Cada uno de mis lectores habéis hecho posible que este blog continúe, pese a varios "parones" que ha habido.
Y como me seguís interesando me encantaría que compartierais vuestras ideas para mejorar este 'mundo internauta' juntos