Mi dedo se alejo de la cicatriz de Patch y la conexión se rompió. Me
tomo un momento para reorientarme. Así que no estaba lista para Patch,
quien lucho conmigo sobre la cama en un instante. Fijo mis muñecas sobre
mi cabeza. -“No se suponía que hicieras eso.”- Allí estaba controlado
en enojo en su cara, oscura y apunto de explotar. -“¿Que viste?”-
Levante mi rodilla y se la hundí en las costillas -“¡Quítate de
encima!”- Se deslizo sobre mis caderas y se montó sobre ellas,
eliminando el uso de mis piernas. Con mis brazos aun extendidos sobre mi
cabeza, no podía hacer más que retorcerme bajo su peso.
-“¡Quítate
de encima o gritare!”- -“Ya estas gritando, y no vas a causar ninguna
conmoción en este lugar. Es más un prostíbulo que un motel”- Mostró una
sonrisa letal en las comisuras. -“Ultima oportunidad, Nora ¿Qué viste?”-
Estaba luchando contra las lágrimas. Mi cuerpo entero zumbaba con una
emoción tan extraña que no podía ni siquiera nombrarla. -“¡Me das
nauseas!”- Dije -“¿Quién eres? ¿Quién eres verdaderamente?”- Su boca se
volvió aun más macabra. -“Nos estamos acercando”- -“¡Me quieres matar!”-
Su rostro no revelo nada, pero sus ojos se volvieron más fríos. -“¿El
jeep no murió realmente esta noche, verdad?”- Dije -“Mentiste, me
trajiste aquí para matarme. Eso fue lo que dijo Dabria que quieres
hacer. Bueno, ¿Qué esperas?”- No tenía idea a donde iba con esto, pero
no me importaba. Estaba escupiendo palabras en un intento de mantener a
raya mi horror. -“Haz tratado de matarme todo este tiempo. Desde el
inicio. ¿Me vas a matar ahora?”- Lo mire fijamente, duramente y sin
pestañar, tratando de impedir que las lágrimas se derramaran mientras
recordaba el fatídico día en el que él entro a mi vida. -“Es tentador”-
Me retorcí bajo el. Intente rodar a la derecha, luego a la izquierda.
Finalmente comprendí que estaba gastando mucha energía y me detuve.
Patch fijo sus ojos en mí. Estaban más negros de lo que jamás los había
visto. -“Apuesto a que esto te gusta”- Dije -“Esa sería una apuesta
inteligente”- Podía sentir mi corazón palpitando hasta en los dedos de
mis pies. -“Solo hazlo”- Dije con tono retador. -“¿Matarte?”- Asentí.
-“Pero primero quiero saber porqué, de los billones de personas en el
mundo, ¿Porqué yo?”-
-“Malos genes”- -“¿Eso es todo? ¿Esa es la
única explicación que me das?”- -“Por ahora”- -“¿Qué significa eso?”- Mi
voz se elevó de nuevo. -“¿Obtendré el resto de la historia cuando
finalmente pierdas el control y me mates?”- -“No tengo que perder el
control para matarte, si te hubiera querido matar hace 5 minutos,
hubieras muerto hace 5 minutos”- Trague saliva ante el trágico
pensamiento. Rozó su dedo grande gordo sobre mi marca de nacimiento. Su
tacto era engañosamente suave, el cual lo hacía aun más doloroso de
resistir. -“¿Y que de Dabria?”- Pregunté, aun jadeando -“Ella es lo
mismo que tú, ¿Cierto? Ambos son… ángeles.”-- Mi voz se quebró en la
palabra. Patch giró liberando mis caderas, pero mantuvo sus manos en mis
muñecas. -“Si te suelto ¿me vas a escuchar?”- Si él me soltaba, iba a
salir como un rayo por la puerta. -“¿Te importaría si corriera?
Simplemente me arrastrarías de nuevo aquí.”- -“Si, pero eso causaría una
escena.”- -“¿Dabrina es tu novia?”- Podía sentir cada subida y bajada
irregular de mi pecho. No estaba segura si quería oír su respuesta. No
es que me importara. Ahora que sabía que Patch quería matarme, era
ridículo que incluso me importara. -“Fue. Lo fue hace mucho tiempo,
antes de que cayera en el lado oscuro.”- Esbozo una forzada sonrisa,
intentando parecer divertido. -“También fue un error.”- Se balanceo
sobre sus talones, soltándome lentamente, probando para ver si luchaba
de nuevo. Tendida en el colchón, respirando con dificultad, apoyándome
en mis codos. Tres minutos pasaron, y me lance a él con toda la fuerza
que tenia. Me acurruque contra su pecho, y otra vez se tambaleo un poco
hacia atrás, aun así el no se movió. Me apresure alejarme por debajo de
él y lo tome en mis puños. Golpeando su pecho hasta que el inferior de
mis puños comenzaron a zumbar. -“¿Lista?”- Pregunto él.
-“¡No!”-
Conduje mi codo hacia abajo a su muslo. -“¿Que pasa contigo? ¿No sientes
nada?”- Me puse de pie, para encontrar mi equilibrio sobre el colchón, y
lo patee tan fuerte como pude en el estomago. -“Tienes solo un minuto
más”- Dijo él. -“Para sacar la cólera de tu sistema. Luego me hare
cargo”- No sabía lo que quería decir con “me hare cargo.” Y no quería
averiguarlo. Salte rápidamente fuera de la cama, con la puerta a la
vista. Patch me engancho en pleno vuelo y me arrincono contra la pared.
Sus piernas estaban entrelazadas con las mías, frente a frente a lo
largo de nuestras muslos. -“Quiero la verdad”- Dije, esforzándome para
no llorar. -“¿Has venido a la escuela para matarme? ¿Fue ese tu objetivo
justo desde el principio?”- Un músculo de la mandíbula de Patch salto.
-“Si.”- Limpie una la lágrima que se atrevió a escaparse. -“¿Estas
disfrutándolo en tu interior? De eso es lo que se trata, ¿no?
Convenciéndome para confiar en ti y así podrías gritarlo en mi cara”-
Sabía que estaba siendo irracionalmente furiosa. Debería haber estado
aterrorizada o desesperada. Debería haber estado haciendo todo lo
posible en mi poder para escapar. La parte más irracional de todo era
que todavía no quería creer que él iba a matarme. Y no importara cuanto
lo intentara, no podía apagar esa mancha ilógica de confianza.
-“Conseguí que estés enfada”- Dijo Patch. -“¡Estoy destrozada!”- Grite.
Sus manos se deslizaron por mi cuello, trasmitiendo calor, presionando
sus dedos pulgares suavemente en mi garganta, inclino mi cabeza hacia
atrás. Sentí sus labios llegando sobre los míos tan fuerte que él detuvo
cualquier nombre por el que había estado a punto de llamarlo saliera.
Sus manos cayeron a mis hombros, rozando mis brazos, y llegando a
descansar en la parte baja de mi espalda. Un pequeño estremecimiento de
pánico y placer se dispararon a través de mi. El intento tirar de mí
hacia él, y lo mordí en el labio. Lamió su labio con la punta de su
lengua. -“¿Acabas de morderme?”-
-“¿Todo es una broma para ti?”-
Pregunte. Paso su lengua sobre sus labios de nuevo. -“No todo.”- -“¿Como
que?”- -“Tu.”- La noche entera se sentía desequilibrada. Era difícil
tener una confrontación con alguien tan indiferente como Patch. No, no
indiferente. Perfectamente controlado. Hasta la ultima célula de su
cuerpo. Escuche una voz en mi mente. Relájate, confía en mí. -“Oh dios
mío”- Dije con un estallido de claridad. -“¿Estas haciéndolo de nuevo,
no es así? Jugando con mi mente.”- Recordé el artículo que había sacado
de google sobre ángeles caídos. -“Puedes poner más que palabras en mi
cabeza, ¿no? Puedes poner imagines, imágenes muy reales, allí”- El no lo
negó. -“El Arcángel”- Dije, finalmente comprendiendo. -“Intentaste
matarme esa noche, ¿no es así? Pero algo salió mal. Luego me hiciste
pensar que mi teléfono celular estaba muerto, así no podría llamar a
Vee. ¿Planeabas matarme de camino a casa? ¡Quiero saber como estas
haciéndome ver lo que tu quieres!”- Su cara era cuidadosamente
inexpresiva. -“Pongo las palabras e imagines allí, pero depende de ti si
las crees. Es un enigma. Las imagines superponen la realidad, y tienes
que averiguar cual es real.”- -“¿Ese en un poder especial del ángel?”-
Sacudió su cabeza. -“El poder del Ángel Caído. Alguna otra clase de
ángel no invadiría tu intimidad, aunque pueden.”- Porque los otros
ángeles eran buenos. Y Patch no lo era. Patch apoyo sus manos contra la
pared detrás de mí, una a cada lado de mi cabeza. -“Puse un pensamiento
en la mente del entrenador para rehacer la lista de ubicaciones
porque
necesitaba estar cerca de ti. Te hice pensar que caíste del Arcángel
porque quería matarte, pero no pude llevarlo a cabo. Casi lo logro, pero
me detuve. En cambio me conforme con asustarte. Luego te hice pensar
que tu celular estaña muerto porque quería llevarte de vuelta a casa.
Cuando entre a tu casa, cogí un cuchillo. Iba a matarte entonces.”- Su
voz se suavizo. -“Tu cambiaste mi mente.”- Tome un profundo suspiro.
-“No te entiendo. Cuando te dije que mi padre fue asesinado, sonabas
sinceramente dolido. Cuando conociste a mi mama, estabas bien.”-
-“¿Bien?”- Repitió Patch. -“Vamos a mantener eso entre tu y yo.”- Mi
cabeza giraba rápidamente, y podría sentir mi puso latiendo en mi cien.
Había sentido este pánico, palpitando antes. Necesitaba mis píldoras
férricas. O eso, o Patch me estaba haciendo pensar que las necesitaba.
Incline mi barbilla y estreche mis ojos. -“Sal de mi mente. ¡De
inmediato!”- -“No estoy en tu mente, Nora.”- Me incline hacia adelante,
apoyando mis manos sobre mis rodillas. Tragando aire. -“Si, lo estas. Te
siento. ¿Así es como vas hacerlo? ¿Sofocándome?”- Sonidos suaves
zumbaban haciendo eco en mis oídos, y un negro borroso enmarco mi
visión. Intente llenar mis pulmones, pero era como si el aire hubiera
desaparecido. El mundo se inclino, y Patch resbalo de reojo en mi
visión. Plante mi mano en la pared para mantener mi equilibrio. Más
profundo intente inhalar, el apretón más fuerte en mi garganta. Patch se
acerco hacia a mí, pero saque mi mano de inmediato. -“¡Aléjate!”- Apoyo
un hombro en la pared y me dio la cara, su boca se fijo de
preocupación. -“Aléjate – de – mi.”- Jadee. El no lo hizo. -“¡No – puedo
– respirar!”- Me ahogaba, arañando la pared con una mano, y agarrando
mi garganta con la otra. De repente Patch me alzo y me cargo con la
silla por la habitación. -“Pon tu cabeza entre tus rodillas”- Dijo él,
guiando mi cabeza hacia abajo.
Tenía mi cabeza abajo, respirando
rápidamente, intentando mantener el aire dentro de mis pulmones. Muy
despacio sentí el oxigeno fluyendo de nuevo en mi cuerpo. -“¿Mejor?”-
Pregunto Patch después de un minuto. -“¿Tienes las píldoras férricas
contigo?”- Sacudí mi cabeza. -“Mantén tu cabeza abajo y toma profundas
respiraciones prolongadas.”- Seguí sus instrucciones, sintiendo una
mordaza aflojarse alrededor de mi pecho. -“Gracias”- Dije en voz baja.
-“¿Todavía no crees mis motivos?”- -“Si quieres que confié en ti, déjame
tocar tu cicatriz de nuevo.”- Patch me estudio silenciosamente por un
largo rato. -“Esa no es una buena idea.”- -“¿Porque no?”- -“No puedo
controlar lo que ves.”- -“Ese es el punto.”- Espero unos minutos antes
de responder. Su voz era baja, emociones indescifrables. -“Sabes que no
estoy escondiendo cosas”- Había una pregunta sujeto a ello. Sabía que
Patch vivió una vida de puertas cerradas y secretos albergados. No era
lo suficientemente presuntuosa para creer que incluso la mitad de ellos
giraba alrededor de mí. Patch vivió una vida diferente aparte de la que
compartió conmigo. Más de una vez me había especulado como podría ser su
otra vida. Siempre tenía la sensación de que cuanto menos supiera sobre
ello, mejor. Mi labio tembló. -“Dame una razón para confiar en ti.”-
Patch se sentó en la esquina de la cama, el colchón se hundió bajo su
peso. Se inclino hacia adelante, apoyando sus antebrazos en sus
rodillas. Su cicatriz estaba por completo a la vista, la luz de la vela
danzaba sombras misteriosas a través de su superficie. Los
músculos
en su espalda aumentaban, luego se relajaban. -“Adelante”- Dijo él
silenciosamente. -“Ten en cuenta que la gente cambia, pero en pasado
no.”- De repente no estaba tan segura si quería hacer esto. En casi
todos los niveles, Patch me aterraba. Pero en el fondo, no creía que él
fuera a matarme. Si eso era lo que él quería, ya lo hubiera hecho. Eche
un vistazo a sus horribles cicatrices. Segura de que Patch se sentía
mucho más cómodo que caer en su pasado de nuevo y sin tener idea de lo
que pudiera encontrar. Pero si me echaba para atrás ahora, Patch sabría
que estaba aterrorizada de él. El estaba abriendo una de las puertas
cerradas solo para mí y solo porque se lo pedí. No podría hacer una
petición así de fuerte, luego cambie de opinión. -“¿No quedare atrapada
allí para siempre, verdad?”- Pregunte. -“No”- Convocando mi valor, me
senté en la cama junto a él. Por segunda vez esta noche, mi dedo rozo el
borde de la cima de su cicatriz. Una nebulosa gris lleno mi visón,
consiguiéndolo de vez en cuando. Las luces se apagaron.
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