Siguemee

domingo, 25 de marzo de 2012

Leer, capitulo, 55. Confía en mí.

Mi dedo se alejo de la cicatriz de Patch y la conexión se rompió. Me tomo un momento para reorientarme. Así que no estaba lista para Patch, quien lucho conmigo sobre la cama en un instante. Fijo mis muñecas sobre mi cabeza. -“No se suponía que hicieras eso.”- Allí estaba controlado en enojo en su cara, oscura y apunto de explotar. -“¿Que viste?”- Levante mi rodilla y se la hundí en las costillas -“¡Quítate de encima!”- Se deslizo sobre mis caderas y se montó sobre ellas, eliminando el uso de mis piernas. Con mis brazos aun extendidos sobre mi cabeza, no podía hacer más que retorcerme bajo su peso.
-“¡Quítate de encima o gritare!”- -“Ya estas gritando, y no vas a causar ninguna conmoción en este lugar. Es más un prostíbulo que un motel”- Mostró una sonrisa letal en las comisuras. -“Ultima oportunidad, Nora ¿Qué viste?”- Estaba luchando contra las lágrimas. Mi cuerpo entero zumbaba con una emoción tan extraña que no podía ni siquiera nombrarla. -“¡Me das nauseas!”- Dije -“¿Quién eres? ¿Quién eres verdaderamente?”- Su boca se volvió aun más macabra. -“Nos estamos acercando”- -“¡Me quieres matar!”- Su rostro no revelo nada, pero sus ojos se volvieron más fríos. -“¿El jeep no murió realmente esta noche, verdad?”- Dije -“Mentiste, me trajiste aquí para matarme. Eso fue lo que dijo Dabria que quieres hacer. Bueno, ¿Qué esperas?”- No tenía idea a donde iba con esto, pero no me importaba. Estaba escupiendo palabras en un intento de mantener a raya mi horror. -“Haz tratado de matarme todo este tiempo. Desde el inicio. ¿Me vas a matar ahora?”- Lo mire fijamente, duramente y sin pestañar, tratando de impedir que las lágrimas se derramaran mientras recordaba el fatídico día en el que él entro a mi vida. -“Es tentador”- Me retorcí bajo el. Intente rodar a la derecha, luego a la izquierda. Finalmente comprendí que estaba gastando mucha energía y me detuve. Patch fijo sus ojos en mí. Estaban más negros de lo que jamás los había visto. -“Apuesto a que esto te gusta”- Dije -“Esa sería una apuesta inteligente”- Podía sentir mi corazón palpitando hasta en los dedos de mis pies. -“Solo hazlo”- Dije con tono retador. -“¿Matarte?”- Asentí. -“Pero primero quiero saber porqué, de los billones de personas en el mundo, ¿Porqué yo?”-
-“Malos genes”- -“¿Eso es todo? ¿Esa es la única explicación que me das?”- -“Por ahora”- -“¿Qué significa eso?”- Mi voz se elevó de nuevo. -“¿Obtendré el resto de la historia cuando finalmente pierdas el control y me mates?”- -“No tengo que perder el control para matarte, si te hubiera querido matar hace 5 minutos, hubieras muerto hace 5 minutos”- Trague saliva ante el trágico pensamiento. Rozó su dedo grande gordo sobre mi marca de nacimiento. Su tacto era engañosamente suave, el cual lo hacía aun más doloroso de resistir. -“¿Y que de Dabria?”- Pregunté, aun jadeando -“Ella es lo mismo que tú, ¿Cierto? Ambos son… ángeles.”-- Mi voz se quebró en la palabra. Patch giró liberando mis caderas, pero mantuvo sus manos en mis muñecas. -“Si te suelto ¿me vas a escuchar?”- Si él me soltaba, iba a salir como un rayo por la puerta. -“¿Te importaría si corriera? Simplemente me arrastrarías de nuevo aquí.”- -“Si, pero eso causaría una escena.”- -“¿Dabrina es tu novia?”- Podía sentir cada subida y bajada irregular de mi pecho. No estaba segura si quería oír su respuesta. No es que me importara. Ahora que sabía que Patch quería matarme, era ridículo que incluso me importara. -“Fue. Lo fue hace mucho tiempo, antes de que cayera en el lado oscuro.”- Esbozo una forzada sonrisa, intentando parecer divertido. -“También fue un error.”- Se balanceo sobre sus talones, soltándome lentamente, probando para ver si luchaba de nuevo. Tendida en el colchón, respirando con dificultad, apoyándome en mis codos. Tres minutos pasaron, y me lance a él con toda la fuerza que tenia. Me acurruque contra su pecho, y otra vez se tambaleo un poco hacia atrás, aun así el no se movió. Me apresure alejarme por debajo de él y lo tome en mis puños. Golpeando su pecho hasta que el inferior de mis puños comenzaron a zumbar. -“¿Lista?”- Pregunto él.
-“¡No!”- Conduje mi codo hacia abajo a su muslo. -“¿Que pasa contigo? ¿No sientes nada?”- Me puse de pie, para encontrar mi equilibrio sobre el colchón, y lo patee tan fuerte como pude en el estomago. -“Tienes solo un minuto más”- Dijo él. -“Para sacar la cólera de tu sistema. Luego me hare cargo”- No sabía lo que quería decir con “me hare cargo.” Y no quería averiguarlo. Salte rápidamente fuera de la cama, con la puerta a la vista. Patch me engancho en pleno vuelo y me arrincono contra la pared. Sus piernas estaban entrelazadas con las mías, frente a frente a lo largo de nuestras muslos. -“Quiero la verdad”- Dije, esforzándome para no llorar. -“¿Has venido a la escuela para matarme? ¿Fue ese tu objetivo justo desde el principio?”- Un músculo de la mandíbula de Patch salto. -“Si.”- Limpie una la lágrima que se atrevió a escaparse. -“¿Estas disfrutándolo en tu interior? De eso es lo que se trata, ¿no? Convenciéndome para confiar en ti y así podrías gritarlo en mi cara”- Sabía que estaba siendo irracionalmente furiosa. Debería haber estado aterrorizada o desesperada. Debería haber estado haciendo todo lo posible en mi poder para escapar. La parte más irracional de todo era que todavía no quería creer que él iba a matarme. Y no importara cuanto lo intentara, no podía apagar esa mancha ilógica de confianza. -“Conseguí que estés enfada”- Dijo Patch. -“¡Estoy destrozada!”- Grite. Sus manos se deslizaron por mi cuello, trasmitiendo calor, presionando sus dedos pulgares suavemente en mi garganta, inclino mi cabeza hacia atrás. Sentí sus labios llegando sobre los míos tan fuerte que él detuvo cualquier nombre por el que había estado a punto de llamarlo saliera. Sus manos cayeron a mis hombros, rozando mis brazos, y llegando a descansar en la parte baja de mi espalda. Un pequeño estremecimiento de pánico y placer se dispararon a través de mi. El intento tirar de mí hacia él, y lo mordí en el labio. Lamió su labio con la punta de su lengua. -“¿Acabas de morderme?”-
-“¿Todo es una broma para ti?”- Pregunte. Paso su lengua sobre sus labios de nuevo. -“No todo.”- -“¿Como que?”- -“Tu.”- La noche entera se sentía desequilibrada. Era difícil tener una confrontación con alguien tan indiferente como Patch. No, no indiferente. Perfectamente controlado. Hasta la ultima célula de su cuerpo. Escuche una voz en mi mente. Relájate, confía en mí. -“Oh dios mío”- Dije con un estallido de claridad. -“¿Estas haciéndolo de nuevo, no es así? Jugando con mi mente.”- Recordé el artículo que había sacado de google sobre ángeles caídos. -“Puedes poner más que palabras en mi cabeza, ¿no? Puedes poner imagines, imágenes muy reales, allí”- El no lo negó. -“El Arcángel”- Dije, finalmente comprendiendo. -“Intentaste matarme esa noche, ¿no es así? Pero algo salió mal. Luego me hiciste pensar que mi teléfono celular estaba muerto, así no podría llamar a Vee. ¿Planeabas matarme de camino a casa? ¡Quiero saber como estas haciéndome ver lo que tu quieres!”- Su cara era cuidadosamente inexpresiva. -“Pongo las palabras e imagines allí, pero depende de ti si las crees. Es un enigma. Las imagines superponen la realidad, y tienes que averiguar cual es real.”- -“¿Ese en un poder especial del ángel?”- Sacudió su cabeza. -“El poder del Ángel Caído. Alguna otra clase de ángel no invadiría tu intimidad, aunque pueden.”- Porque los otros ángeles eran buenos. Y Patch no lo era. Patch apoyo sus manos contra la pared detrás de mí, una a cada lado de mi cabeza. -“Puse un pensamiento en la mente del entrenador para rehacer la lista de ubicaciones
porque necesitaba estar cerca de ti. Te hice pensar que caíste del Arcángel porque quería matarte, pero no pude llevarlo a cabo. Casi lo logro, pero me detuve. En cambio me conforme con asustarte. Luego te hice pensar que tu celular estaña muerto porque quería llevarte de vuelta a casa. Cuando entre a tu casa, cogí un cuchillo. Iba a matarte entonces.”- Su voz se suavizo. -“Tu cambiaste mi mente.”- Tome un profundo suspiro. -“No te entiendo. Cuando te dije que mi padre fue asesinado, sonabas sinceramente dolido. Cuando conociste a mi mama, estabas bien.”- -“¿Bien?”- Repitió Patch. -“Vamos a mantener eso entre tu y yo.”- Mi cabeza giraba rápidamente, y podría sentir mi puso latiendo en mi cien. Había sentido este pánico, palpitando antes. Necesitaba mis píldoras férricas. O eso, o Patch me estaba haciendo pensar que las necesitaba. Incline mi barbilla y estreche mis ojos. -“Sal de mi mente. ¡De inmediato!”- -“No estoy en tu mente, Nora.”- Me incline hacia adelante, apoyando mis manos sobre mis rodillas. Tragando aire. -“Si, lo estas. Te siento. ¿Así es como vas hacerlo? ¿Sofocándome?”- Sonidos suaves zumbaban haciendo eco en mis oídos, y un negro borroso enmarco mi visión. Intente llenar mis pulmones, pero era como si el aire hubiera desaparecido. El mundo se inclino, y Patch resbalo de reojo en mi visión. Plante mi mano en la pared para mantener mi equilibrio. Más profundo intente inhalar, el apretón más fuerte en mi garganta. Patch se acerco hacia a mí, pero saque mi mano de inmediato. -“¡Aléjate!”- Apoyo un hombro en la pared y me dio la cara, su boca se fijo de preocupación. -“Aléjate – de – mi.”- Jadee. El no lo hizo. -“¡No – puedo – respirar!”- Me ahogaba, arañando la pared con una mano, y agarrando mi garganta con la otra. De repente Patch me alzo y me cargo con la silla por la habitación. -“Pon tu cabeza entre tus rodillas”- Dijo él, guiando mi cabeza hacia abajo.
Tenía mi cabeza abajo, respirando rápidamente, intentando mantener el aire dentro de mis pulmones. Muy despacio sentí el oxigeno fluyendo de nuevo en mi cuerpo. -“¿Mejor?”- Pregunto Patch después de un minuto. -“¿Tienes las píldoras férricas contigo?”- Sacudí mi cabeza. -“Mantén tu cabeza abajo y toma profundas respiraciones prolongadas.”- Seguí sus instrucciones, sintiendo una mordaza aflojarse alrededor de mi pecho. -“Gracias”- Dije en voz baja. -“¿Todavía no crees mis motivos?”- -“Si quieres que confié en ti, déjame tocar tu cicatriz de nuevo.”- Patch me estudio silenciosamente por un largo rato. -“Esa no es una buena idea.”- -“¿Porque no?”- -“No puedo controlar lo que ves.”- -“Ese es el punto.”- Espero unos minutos antes de responder. Su voz era baja, emociones indescifrables. -“Sabes que no estoy escondiendo cosas”- Había una pregunta sujeto a ello. Sabía que Patch vivió una vida de puertas cerradas y secretos albergados. No era lo suficientemente presuntuosa para creer que incluso la mitad de ellos giraba alrededor de mí. Patch vivió una vida diferente aparte de la que compartió conmigo. Más de una vez me había especulado como podría ser su otra vida. Siempre tenía la sensación de que cuanto menos supiera sobre ello, mejor. Mi labio tembló. -“Dame una razón para confiar en ti.”- Patch se sentó en la esquina de la cama, el colchón se hundió bajo su peso. Se inclino hacia adelante, apoyando sus antebrazos en sus rodillas. Su cicatriz estaba por completo a la vista, la luz de la vela danzaba sombras misteriosas a través de su superficie. Los
músculos en su espalda aumentaban, luego se relajaban. -“Adelante”- Dijo él silenciosamente. -“Ten en cuenta que la gente cambia, pero en pasado no.”- De repente no estaba tan segura si quería hacer esto. En casi todos los niveles, Patch me aterraba. Pero en el fondo, no creía que él fuera a matarme. Si eso era lo que él quería, ya lo hubiera hecho. Eche un vistazo a sus horribles cicatrices. Segura de que Patch se sentía mucho más cómodo que caer en su pasado de nuevo y sin tener idea de lo que pudiera encontrar. Pero si me echaba para atrás ahora, Patch sabría que estaba aterrorizada de él. El estaba abriendo una de las puertas cerradas solo para mí y solo porque se lo pedí. No podría hacer una petición así de fuerte, luego cambie de opinión. -“¿No quedare atrapada allí para siempre, verdad?”- Pregunte. -“No”- Convocando mi valor, me senté en la cama junto a él. Por segunda vez esta noche, mi dedo rozo el borde de la cima de su cicatriz. Una nebulosa gris lleno mi visón, consiguiéndolo de vez en cuando. Las luces se apagaron.

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