A pesar de todas las batallas ganadas, ... Se agotaron las armas, te enfrentaste solo a una batalla que por dentro sabías que las probabilidades de ganarla eran escasas, pero aún así, no te rendiste, seguiste hasta el final. y a pesar de todas las batallas, todas las guerras, puñales a tu corazón, armas malgastadas, y a pesar de todo el dolor y sufrimiento que te dieron las guerras y las batallas no te rendiste.
Esa batalla no resistiría más en durar, en el fondo sabías que poco a poco se te estaba convirtiendo en un juego, un juego de dos, Un juego que ganaste con trampas, demasiadas.
Tu sonrisa, tus abrazos, tu mirada...
TODO fue una trampa en la que me hiciste caer, y al final de todo ganaste el premio. Premio que no valía la pena.
Me ganaste.
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